“Después de 18 meses veo la luz”

H.C. es una trabajadora de la limpieza de Clece que inesperadamente se convierte en víctima de violencia de género. Al ser extranjera, el problema se agravó cuando su NIE expirara ya que su marido desapareció sin proporcionarle la ayuda prometida con la renovación.

Al no tener el NIE en regla se produce una excedencia obligatoria de su puesto de trabajo. Los retrasos judiciales causados por la pandemia en la renovación de sus papeles, y sin ayuda alguna de ningún tipo, H.C. termina viviendo en la calle; durmiendo en una tienda de campaña.

Los compañeros de Clece, que había seguido el proceso muy de cerca, lo ponen en nuestro conocimiento. Desde Corazón y Manos revertimos esta situación proporcionándole un alojamiento digno hasta que pueda sufragarlo por sus propios medios, le ayudamos en la compra de productos de primera necesidad y colaboramos en la gestión de los últimos trámites para renovar su permiso de residencia y trabajo.

Después de 18 meses desde que comenzó su angustia y gracias a su determinación, a la ayuda de sus compañeros de Clece y al apoyo de Cáritas y de Corazón y Manos, H.C. ha conseguido de nuevo su autorización de residencia y ha vuelto a su trabajo.

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