G. es un compañero cuyo caso que nos conmovió profundamente. Su mujer falleció por coronavirus en las primeras semanas de marzo y él tuvo que vivir el luto aislado en casa, en completa soledad, sin familia que pudiese acompañarle y ayudarle.

Al no poder realizar ni siquiera salidas al supermercado, le hemos provisto de alimentos durante su aislamiento y posteriormente hemos gestionado un acompañamiento psicológico.