Cuando crees que tienes la vida resuelta

Cuando crees que tienes la vida resuelta

Historia

M.F. es de origen maliense y llegó a España en el año 2000 intentando buscar una oportunidad que le permitiese vivir dignamente y enviar dinero a casa.

Hace 22 años no tuvo ninguna dificultad para encontrar empleo, el sector de la construcción estaba en pleno crecimiento y M.F. pudo vivir durante dos décadas con gran estabilidad laboral y económica.

Es un gran trabajador, le gusta estar siempre activo y sus jefes siempre han estado muy contentos con su rendimiento. Habilidoso, puntual, cumplidor, siempre dispuesto, solidario y muy alegre; incluso cuando las cosas cambiaron.

Con la llegada de la pandemia, M.F. perdió el empleo y, desde entonces, sus posibilidades de encontrar un nuevo trabajo prácticamente se esfumaron. Siempre ha sido muy dinámico, rápido y fuerte, pero ahora, pese a su gran experiencia en el sector de la construcción, ninguna empresa apuesta por él. Porque no te lo hemos dicho, pero M.F. tiene 60 años.

Vivía decentemente con lo justo; el resto lo enviaba todo a su país para mantener a su familia. Y la familia de M.F. es realmente grande: tiene 8 hijos. Cuando desde la Asociación Lumbre nos derivaron el caso a Corazón y Manos la situación era extrema. M.F. había consumido todos sus ahorros y ya no tenía siquiera un lugar donde dormir. En Mali la realidad de su familia era también muy delicada ya que dependían del dinero que enviaba casa.

Durante los meses de pandemia vivía en una habitación compartida hasta que se le acabaron los ahorros. En diciembre de 2020 le echaron de la casa por falta de pago y se quedó en la calle. Con los aforos establecidos por el protocolo COVID no fue capaz de encontrar un albergue y desde Cáritas le proporcionaron un alojamiento provisional durante la campaña de frío.

Al conocerle, lo primero que nos llamó la atención de él es su tranquilidad y amabilidad. Aunque es tímido, pregunta el nombre a todo aquel que le saluda, y para todos ellos tiene una sonrisa. Nos dimos cuenta que, con su capacidad de esfuerzo, M.F. sólo necesitaba una oportunidad para poder salir de la situación que le mantenía viviendo en la calle. Un trabajo estable que le permitiera continuar ayudando a su familia en Mali y disfrutar, en unos pocos años, de su merecida jubilación.

M.F. sólo necesitaba una oportunidad y en Corazón y Manos le hemos ayudado a encontrar una empresa valiente que apuesta por las personas. Ahora, todos los días acude a su puesto de trabajo con esa sonrisa con la que le conocimos dispuesto a limpiar el suburbano de Madrid. Y lo hace al ritmo de la música; porque a M.F le encanta escuchar la radio.

Jose María Chaves, su encargado, es testigo directo de la entrega de M.F. a su trabajo: “Enseguida se hizo con el protocolo de utilización de las diferentes bayetas de colores y tamaños de los cubos”. Jose María nos cuenta con humor que, aunque M.F. lleva 20 años en España, todavía se le notan algunas lagunas en el idioma, así que para que lo entienda todo a la perfección, como le encanta leer y lo hace muy bien, le envía las instrucciones por WhatsApp. Creía que tenía la vida solucionada y de la noche a la mañana lo perdió todo. Ahora, a los 60, vuelve a empezar.